Entre los hebreos no se le ponía al recién nacido un nombre cualquiera, de forma arbitraria, pues el “nombre”, como en casi todas las culturas antiguas, indica el ser de la persona, su verdadera identidad, lo que se espera de ella.
Por eso el evangelista Mateo tiene tanto interés en explicar desde el comienzo a sus lectores el significado profundo del nombre de quien va a ser el protagonista de su relato. El “nombre” de ese niño que todavía no ha nacido es “Jesús”, que significa “Dios salva”. Se llamará así porque “salvará a su pueblo de los pecados”.
[…] La humanidad necesita ser salvada del mal, de las injusticias y de la violencia; necesita ser perdonada y reorientada hacia una vida más digna del ser humano. Esta es la salvación que se nos ofrece en Jesús.
Mateo le asigna además otro nombre: “Emmanuel”. Sabe que nadie ha sido llamado así a lo largo de la historia. Es un nombre […] que significa “Dios con nosotros”. EL CAMINO ABIERTO POR JESUS, 1 MATEO, José Antonio Pagola, PPC, 2012, p. 13-14
P. José Raúl Arbeláez SJ – Equipo CIRE Ampliado